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Estenosis del canal lumbar

Estenosis del canal lumbar

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Se denomina estenosis del canal lumbar a una situación patológica de la columna, consistente en una disminución del calibre normal del canal vertebral.

Esta disminución puede ser de toda la columna lumbar, segmentaría ( en uno o varios niveles vertebrales) o muy localizada, en la zona donde discurren las raíces nerviosas dentro del canal (receso lateral), antes de salir fuera de la columna vertebral.

La estenosis del canal lumbar de causa congénita es una entidad poco frecuente.

Pero, sin embargo, la estenosis provocada por la degeneración artrósica de la columna vertebral es cada vez más frecuente, sobre todo en personas de edad avanzada.

En este sentido, hay que tener en cuenta que los nuevos hábitos de la civilización moderna, más sedentaria, junto al aumento de la expectativa de vida están incrementando la frecuencia con la que se dan estos cuadros clínicos.

La sintomatología característica consiste en la aparición de dolor lumbar irradiado a ambas extremidades inferiores, de forma simétrica o asimétrica, seguido de hormigueos, entumecimiento e incluso pérdida de fuerza en las piernas, tras estar caminando una cierta distancia. Es lo que se conoce como claudicación.

Con el tiempo, la distancia que es posible caminar antes de aparecer el dolor, se va acortando.

Este cuadro clínico es muy similar al que presentan los pacientes con problemas vasculares isquémicos en las piernas, que se denomina enfermedad de los escaparates (pues la persona se tiene que ir parando como si estuviera dando un paseo y viendo escaparates). El diagnóstico diferencial entre ellas debe hacerse de forma obligatoria.

A diferencia de la hernia discal, la persona tiende a tener una postura antiálgica, en flexión del tronco. Esto se debe a que, al flexionar el tronco, los ligamentos posteriores se estiran, aumentando el diámetro del canal vertebral y disminuyendo la estrechez y por tanto, la compresión medular.

¿Cómo se diagnostica una estenosis lumbar?

De acuerdo con la historia clínica y exploración física, el neurocirujano va a prescribir una serie de pruebas para confirmar el diagnóstico de estenosis de canal lumbar, el nivel o niveles afectado y visualizar una posible patología sobreañadida, sobre todo de inestabilidad vertebral.

Estas pruebas son fundamentalmente:

1.- Radiografía de la columna lumbar, en posición antero-posterior, lateral y oblicua. Se pretende ver la alineación correcta o no de la columna, la forma de los cuerpos vertebrales y los espacios entre ellos, así como las características de los agujeros de conjunción.

2.- Radiografías dinámicas de columna lumbar, en posición de flexión y extensión del tronco. Se pretende conocer si hay inestabilidad entre las vértebras, que pudiera acentuar la estenosis.

3.- Resonancia Magnética: es la prueba de elección hoy día. Nos permite ver con claridad la morfología de la estenosis.

4.- TAC o escáner lumbar. En el caso de la estenosis lumbar, el TAC es muy útil, pues nos dibuja con mayor nitidez el componente óseo que provoca la estenosis.

5.- Electromiograma. Tiene menor trascendencia en el diagnóstico de esta entidad que en el diagnóstico de las hernias discales.

Tratamiento

En muchos casos, los tratamientos no-quirúrgicos no son efectivos frente al canal estrecho en si mismo; sin embargo, pueden aliviar el dolor temporalmente. Los casos avanzados de canal estrecho frecuentemente requieren cirugía.

La intervención ha de ser diseñada individualmente, adaptándose al problema y situación de cada paciente. El objetivo ha de ser la liberación de las estructuras nerviosas comprimidas por dicha estenosis, sin provocar inestabilidad en la columna intervenida, todo ello con la menor agresión quirúrgica posible.

Nuestra forma habitual de tratar el canal estrecho lumbar, es realizando un recalibrado (ensanchado) microscópico del canal mediante:

1.- Laminotomia: cuando se quita sólo una pequeña parte de la lámina para aliviar la presión sobre las raíces nerviosas.

2.- Foraminotomía: cuando se abre el foramen (el área en que las raíces nerviosas salen del canal raquídeo) para aumentar el espacio alrededor de un canal nervioso. Esta cirugía puede hacerse sola o junto con una laminotomía.

3.- Facetectomía Medial: cuando se extirpa parte de la carilla articular o faceta (una estructura ósea en el canal raquídeo) para aumentar el espacio de salida de la raíz nerviosa.

4.- Implantación de dispositivos interespinosos, que son espaciadores de titanio o PEEK que se colocan entre las apófisis espinosas de dos vértebras adyacentes. Una ligera separación segmentaria abre el espacio para ensanchar la salida de la raíz nerviosa y la descompresión microscópica realizada, proporciona de esta manera, más espacio para los nervios raquídeos.

Todas estas intervenciones se realizan mediante anestesia epidural y la cirugía bien tolerada habitualmente que permite dar de alta al enfermo en 48 horas.

La edad máxima queda limitada al estado general del paciente habiéndose intervenido casos por encima de los 90 años, lo cual da idea de la excelente tolerancia de este tipo de cirugías en pacientes de riesgo.

 

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