Cirugía de la enfermedad de Parkinson
El elemento fundamental en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson ha sido la utilización de los fármacos basados en la L-DOPA. Sin embargo algunos pacientes necesitan grandes cantidades de L-DOPA o bien presentan signos de toxicidad. En estos casos, puede estar indicado el tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Parkinson.
El Nucleo Subtalámico ha sido identificado como fundamental a la hora de tratar quirúrgicamente la enfermedad de Parkinson. Por ello, la cirugía consiste en insertar electrodos en dicho núcleo, de una manera muy controlada y precisa, de tal manera que podemos estimular las células nucleares y así inhibir la sintomatología del Parkinson. Estos electrodos están conectados a un generador de electricidad de mínimo voltaje que provoca la inhibición de la sintomatología, y que se coloca subcutáneamente. El voltaje y resto de parámetros, debe ser adaptado a cada paciente, personalizándolo. Nuestro equipo ha sido pionero en la implantación y desarrollo de esta tecnología en nuestro país, por lo que contamos de gran experiencia.
Cirugía de Parkinson, Distonía y Epilepsia (Colocación de Electrodos Cerebrales Profundos) sin marco “FrameLess” o “Neuronavegada”
La estimulación cerebral profunda (ECP) es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar los trastornos del movimiento (Enfermedad de Parkinson, Distonía y Temblor Esencial) así como ciertos tipos de epilepsia. Fue aprobado por la FDA en 1997.
Los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de las personas con trastornos del movimiento, pero con el tiempo el efecto de la medicación sobre los síntomas pueden desaparecer. Cuando el control de movimiento se vuelve más difícil e impide su estilo de vida, puede ser hora de considerar la intervención quirúrgica. La ECP se recomienda para pacientes con medicación crónica para recuperar el control de movimiento y mejorar la calidad de vida. Los estudios han demostrado que los pacientes con enfermedad de Parkinson que tienen tanto la terapia médica y la de ECP viven más tiempo que los pacientes que están en tratamiento con la medicación exclusivamente.
La ECP transmite estimulación eléctrica en regiones cuidadosamente mapeadas de su cerebro a través de electrodos integrados, procedimiento muy similar al de un marcapasos cardíaco. Esta estimulación eléctrica de baja intensidad ayuda a la sincronización de las redes motoras cerebrales. La ECP permite aliviar los efectos secundarios inducidos por la medicación empleada para el tratamiento de los trastornos del movimiento. Estas corrientes eléctricas funcionan como un interruptor de “apagado” mediante la interrupción de las señales anormales del cerebro responsables del movimiento físico anormal. Esta interrupción ayuda a restaurar la actividad más normal en el cerebro permitiendo así un movimiento más controlado.
La ECP no implica la destrucción del tejido cerebral y sus efectos son reversibles y ajustables. Este procedimiento es el preferido en la actualidad, sobre las técnicas convencionales más agresivas como la talamotomía o la palidotomía que implican la destrucción de tejido cerebral y la subsiguiente irreversibilidad del procedimiento.
La eficacia del procedimiento de ECP depende de la colocación precisa de los electrodos en el cerebro. Los impulsos eléctricos generados por la batería implantada, son conducidos a través de unos cables de extensión hasta el área objetivo de la terapia. Las áreas o núcleos diana son bastante pequeñas, aproximadamente del tamaño de un grano de uva. Sin embargo, el área óptima dentro de estas estructuras es de aproximadamente el tamaño de un grano de arroz. Ciertas técnicas especiales de imagen, así como la colocación de un marco estereotáctico metálico al cráneo del paciente ayudan para guiar la colocación de los electrodos con la mayor precisión posible. Así mismo, ciertas áreas del cerebro tienen un sonido eléctrico característico. El registro eléctrico mediante microelectrodos o “microregistro” se lleva a cabo durante la cirugía y consiste en «escuchar» a las células del cerebro para identificar estas áreas específicas. El paciente está despierto durante esta y otras partes de la cirugía y se convierta en un miembro importante del equipo. El paciente ayuda en la determinación de si se producen efectos beneficiosos cuando se aplica la estimulación durante la cirugía.
La cirugía de ECP puede ser un procedimiento muy largo, por lo general dura en torno a 3-6 horas por cada lado intervenido. Las quejas más comunes de los pacientes incluyen dolor de espalda, cervicalgia y fatiga. Estas quejas en ocasiones pueden llegar a ser tan incapacitantes que el paciente tiene dificultad para participar en la cirugía e incluso puede llegar a solicitar concluir la cirugía prematuramente. El enfoque tradicional de la ECP implica la fijación de un marco rígido y grande atornillado al cráneo del paciente y su fijación a la mesa de operaciones de tal manera que el paciente no puede moverse durante el procedimiento quirúrgico.
La eficacia del marco ha sido probado durante varias décadas de uso. Sin embargo, el inconveniente es que obliga a una inmovilización completa de la cabeza y el cuello del paciente y que oculta en ocasiones la línea de visión del paciente. En un esfuerzo por simplificar el procedimiento de ECP y permitir una mayor comodidad del paciente y participación durante la cirugía, nuestro equipo realiza el procedimiento de ECP mediante un sistema “sin marco” también conocido como “frameless”. En esta técnica, la pesada estructura de marco ha sido sustituido con cinco pequeños y ligeros tornillos que se fijan al hueso y el sistema NexFrame®, un dispositivo de orientación desechable. Esto permite una máxima comodidad al paciente ya que obvia el molesto sistema rígido de fijación craneal, a la vez que permite realizar el procedimiento quirúrgico en un tiempo mucho más reducido. Este nuevo dispositivo no requiere que la cabeza y el cuello permanezcan en una posición fija y el paciente puede mover o ajustar su posición si lo necesitase. Es importante destacar que la precisión de las técnicas sin marco y con marco se han encontrado iguales, y su efectividad también (J. Neurosurg / Volumen 103 / septiembre de 2005).
Las implicaciones de la terapia de ECP son enormes, no sólo en el tratamiento de los trastornos del movimiento, pero también para los trastornos tales como la epilepsia y la depresión. La ECP y particularmente, esta novedosa opción “sin marco” ofrecen ventajas prometedoras para los que sufren de la enfermedad de Parkinson que es refractaria