Fracturas Vertebrales
La osteoporosis, o descalcificación ósea, es un proceso de difícil control que se presenta como ingrediente de diversas enfermedades metabólicas, especialmente aquellas que afectan el metabolismo del calcio. La ingesta de corticoides en períodos prolongados, la propia involución ósea senil estarán asociadas a dicha situación.
Sin embargo, la osteoporosis forma parte como ingrediente extraordinariamente frecuente del proceso de involución de la mujer. Multitud de mujeres postmenopaúsicas sufren osteoporosis, lo que obliga a llevar un control próximo del grado de calcificación ósea en este complejo momento de la evolución de la mujer.
La incidencia de fracturas vertebrales espontáneas o inducidas por traumas de escasa intensidad es elevadísima en esta población de postmenopaúsicas.
La cínica de dolor de espalda agudo, de carácter desgarrador, que limita incluso los movimientos respiratorios y que aparece de forma más o menos brusca en estas mujeres, debe obligar a considerar la posibilidad de una fractura vertebral.
La mayoría de esas fracturas se producen en forma de aplastamiento más o menos intenso, como si un acordeón se cerrase, pero sin repercusión neurológica aparente. Únicamente dolor intenso.
Estas pacientes deberán ser diagnosticadas de inmediato y valorar la posibilidad de establecer un tratamiento conservador con analgesia, reposo y un corsé o realizar una inyección de cemento en el interior de la vértebra fracturada con el fin de expandir la vértebra (expandir el acordeón) y solidificar el hueso fracturado lo que le confiere suficiente estabilidad como para eliminar el dolor de forma casi inmediata.
La ventana terapéutica para poder realizar una inyección de cemento es relativamente corta 3 semanas o un mes. Una vez se endurece la fractura, aunque sea parcialmente el resultado de la inyección será peor.
Esta técnica se conoce como vertebroplastia y consiste en introducir una aguja en el cuerpo vertebral fracturado inyectando a presión el cemento, que fragua a los pocos minutos.
Esta técnica, muy utilizada, tiene el inconveniente de que la inyección a presión puede hacer que a través de las fisuras óseas de la fractura, el cemento escape fuera de la vértebra alcanzando incluso el interior del canal vertebral y pudiendo causar lesiones añadidas importantes.
Si el objetivo es minimizar el riesgo de fuga del cemento y además pretendemos levantar la fractura e intentar restaurar la altura del cuerpo vertebral la técnica adecuada es la cifoplastia. Consiste en la introducción de dos globos en el interior de la vértebra aplastada a través de dos agujas clavadas desde la espalda, que se hinchan a una presión elevada lo que hace que la altura de la vértebra aumente como si rellenásemos el fuelle de un acordeón. Posteriormente deshinchamos y retiramos los balones y rellenamos las cavidades con cemento. La restauración de la altura vertebral reducirá el riesgo de encorvamiento (cifosis) de la columna.
Todos estos procedimientos se realizan con anestesia local y sedación y requieren una noche de ingreso.